Alboronía: la madre de todos los pistos y uno de los platos más deliciosos que nos ha dejado el legado Andalusí.
El guiso andaluz de hortalizas procede de la cocina árabe, y en él retozan calabaza, calabacín, cebolla, berenjena, pimiento y tomate animados por un toque de ajo, pimentón y vinagre. Tanto el tomate como el pimiento fueron incorporados tras el descubrimiento de América.
La etimología de la palabra alboronía o almoronía, que ambas acepciones recoge la Real Academia, nos dice que procede del árabe al buraniyya, del nombre Buran de la esposa de un califa.
Los tratadistas cuentan que, en la época califal, el gran Zizyag —que llegó a Al-Andalus el año 206 de la Égira, 822 de nuestra era, procedente de Bagdad— sirvió en la boda de la princesa Al-Buran con el califa abbasi Al-Ma’mün […] un plato, creado para tal ocasión, el que, en honor a la princesa desposada, se le llamo al-burmayya y castellanizado alboronía.