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04/10/2021Actualmente vivo en el estado de Pensilvania, residiendo en la ciudad de Philadelphia. Trabajo como Sous Chef (la mano derecha del Chef Ejecutivo) de un restaurante corporativo que se llama Barcelona Wine Bar, especializado en gastronomía mediterránea.
¿Cómo decidiste comenzar a estudiar en la ESHS?
Durante mis estudios en la Universidad de Sevilla, me di cuenta de que la ciencia no me apasionaba. Durante esos anos de estudio trabajaba como cocinero en la base aérea de Morón de la Frontera. Me di cuenta que cocinar es lo que quería hacer. Después de buscar información, localicé al Grupo Lezama.
Teniendo en cuenta el destino en el que te encuentras, ¿consideras que el estudio de los idiomas en la Escuela te ha abierto puertas para tu carrera profesional?
Gracias a haber estado trabajando en una base aérea americana, mi base de inglés era bastante buena. Las clases y cursos de la escuela me ayudaron a corregir algunos fallos de gramática que tenía. Lo único que extraño de esos cursos es haber estado más focalizado en el mundo de la hostelería y terminología.
¿Crees que el servicio en la cocina varía entre EEUU y España? ¿Qué echas más de menos de España?
El servicio en la cocina varía completamente entre un país y otro. En los Estados Unidos de América no hay pausa y es por eso que todas las cadenas de comida rápida como McDonals, KFC, etc. tienen tanto éxito, porque ofrecen gran cantidad de comida a un precio reducido y rápido.
La alta cocina o los gastrobares como se conoce en Sevilla tiene el concepto del tapeo que no entenderán muy bien los americanos.
Lo que más extraño de España como cocinero, son los excelentes productos que tenemos. Es verdad que aquí se puede encontrar de todo, pero no es lo mismo.
Como ciudadano extraño mucho la cultura y las personas.
¿Cómo crees que debemos enfocar la hostelería tras las vivencias de la Pandemia del año pasado? ¿Consideras que le ha servido al sector para innovar y explotar nuevos recursos?
Creo personalmente que la hostelería ha cambiado radicalmente desde la pandemia. En estos momentos tan difíciles han tenido éxito negocios con costes fijos muy bajos y negocios que han usado productos de quinta gama. Han florecido cocinas fantasmas especializadas en comida de reparto a domicilio
¿Sientes que las exigencias en el sector están cambiado en los últimos años?
El alcance a 24h de información, el poder comparar por internet, la capacidad de viajar a otros países, etc. ha hecho que nuestros clientes conozcan cada vez más culturas, sus sabores y sus técnicas. Cada vez es más difícil impresionar a los clientes. Las exigencias son cada vez más altas obligando a los cocineros a llegar a un punto de compromiso con la perfección y dedicación, el cuidado de los detalles, porque todo al final es importante, desde el trato de un camarero a un cliente hasta el emplatado.
¿Cómo fue tu experiencia en la cocina de la ESHS? ¿Consideras que potenciaste tus aptitudes en las prácticas de la Escuela?
Todo el recorrido que hice en las cocinas de la escuela me han servido para entender completamente como funciona, desde estar en la pica en primer curso, hasta realizar platos a la carta con Chef Leo en el servicio a la carta. Al día de hoy como la mano derecha del Chef Ejecutivo, mi principal cometido es asegurarme de que todo marche fluido, independientemente que implique que tenga que estar una noche en la pica por falta de personal.
Considero que los realities show de cocina han creado una película alrededor del mundo de la cocina y no muestran la realidad que hay de fondo. No todo es estar vestido de blanco impoluto en el pase, a veces toca ensuciarse las manos.
Definitivamente las prácticas que potenciaron mis aptitudes fueron unas que realice en el establecimiento Besana Tapas. Sin este establecimiento nunca hubiese llegado a ser el cocinero que soy al día de hoy.
Finalmente… ¿qué recuerdas de la Escuela?, ¿qué te ha marcado profesionalmente o qué sientes que te has llevado de ella?
Recuerdo mucho las palabras de todos mis profesores. Todas sus enseñanzas sobre la fidelidad y respeto a tu trabajo, la puntualidad, la presencia, las llamadas de atención. Al día de hoy considero que los valores de una persona es más importante que la aptitud. Siempre puedes enseñar a alguien a cocinar o realizar un plato, pero no puedes enseñar lo que la escuela enseña, VALORES.
Independientemente de los valores que la escuela ha inculcado en mi también me llevo muchos conocimientos de cocina y control de costes y financieros, que al día de hoy son de mucha utilidad.