Actualmente me encuentro en el proceso de preapertura de un hotel en la ciudad de Melilla que, a parte de una ubicación privilegiada dentro de la ciudad, cuenta con la única Rooftop chillout en la ciudad y una oferta gastronómica diferente.

¿Cómo llegaste hasta allí y cuál ha sido el recorrido para alcanzar ese destino?

El poder encontrarme donde estoy ahora no se podría explicar sin la ayuda de la ESHS. Gracias a ella Hilton me ofreció unas prácticas en el, por aquel entonces, nuevo hotel en Sevilla. Tras unos meses y tras realizar un cross training por diversos departamentos, dando más importancia a F&B, conseguí un puesto de camarero en un Hilton d una ciudad cercna a Londres, Newbury. Conseguí promocionar a Team Leader y tras diez meses allí ascendí a supervisor y duty manager en Hilton St. Georges Park. Este último hotel está enfocado a equipos de fútbol como la selección inglesa o el Barcelona y las inferiores de las selección española.

Tras un año allí me trasladaron a Londres, donde estuve trabajando en el Double Tree Angel, encargándome tanto del turno de desayunos como cenar, aunque en todos los hoteles en los que estuve tuve formación por parte de la empresa es en este último donde si pude aprender toda la parte financiera tanto del departamento como del hotel entero.

El tipo de cliente y servicio en las dos compañías, Hilton orientada al detalle y a high service y Travelodge orientado a precio y funcionalidad; el hecho de poder ver como funciona un hotel en todos sus departamentos, la involucración de manera activa en la toma de decisiones y planes estratégico fue, sin duda alguna, otro máster práctico en dirección hotelera.

Todos estos conocimientos adquiridos me fueron muy útiles al año siguiente cuando conseguí un puesto como subdirector de hotel en un Travelodge en el centro de Londres.

Tras esta experiencia laboral le siguió la dirección del departamento de F&B en el recién inaugurado Hilton Midtown Guadalajara en Mexico. No solo cambiaron las costumbres gastronómicas si no todo el comportamiento de los clientes donde no está arraigado que un hotel sea un lugar público. Allí aprendí nuevas técnicas de promoción, a cambiar la mentalidad de los clientes y a hacer del hotel un lugar de encuentro más que un lugar de paso. Ha sido una de las experiencias más duras y gratificantes que he tenido.

Nueve meses llevaba allí cuando apareció la crisis del COVID-19 que, como bien sabéis, fue devastador para el sector turístico y tuve que volver a España. Desde que el sector comenzó a funcionar he estado aplicando a diversos puestos de trabajo sin éxito llegando incluso a volver a Londres en busca de empleo. Estando allí se me presentó la oportunidad de dirigir la preapertura de un hotel en Melilla desarrollando un trabajo muy duro por conseguir un producto competitivo, creativo y que satisfaga a todos nuestros clientes.

¿Cómo de importante han sido los idiomas en tu evolución profesional?, ¿qué importancia les das no solo en tu evolución profesional y posibilidad de crecimiento, sino para los alumnos que se están formando actualmente?

En el mundo de la hotelería los idiomas son la clave. A pesar de que actualmente una gran mayoría de personas saben Inglés, el hecho de poder expresarte en la lengua materna de los huéspedes marca la diferencia no solo del hotel dónde trabajas si no principalmente de nosotros.

En mi caso personal ha sido de gran importancia, ya que cuando estudiaba la carrera sabía que con inglés no bastaba e hice todo lo posible por aprender francés con una experiencia Erasmus en Bélgica sumergiéndome en la cultura y el idioma.

No es necesario obsesionarse con sacar un título si no poder hablar bien el idioma. En una entrevista laboral, en un sector tan competitivo, comprobarán cuál es tu nivel real en los idiomas por lo que siempre recomendaría al menos una experiencia en un país extranjero para completar la formación.

¿Cómo de importante crees que son las materias de Gestión para alcanzar los puestos de directivos?

Son esenciales pero no solo a nivel directivo, desde un puesto base las puedes aplicar para tener un control más efectivo de tus productos y bienes y así poder tomar decisiones más acertadas en el día a día que marcan la diferencia de forma considerable.

Después de la experiencia que hemos vivido el año pasado con la COVID-19 y su influencia en nuestro sector, ¿qué crees que hemos aprendido a nivel hostelería y a nivel general? ¿Qué nuevas habilidades debemos desarrollar para enfrentarnos a un escenario tan nuevo y exigente?

Creo que sin duda hemos aprendido la importancia de tener siempre todo limpio y desinfectado, a leer la mirada de los clientes para saber si está todo a su gusto o no. Con la reapertura de los establecimientos estamos viendo ideas mucho más creativas para sacar el máximo provecho de plazas en bares y restaurantes en la manera de atraer al público y explotar nuevos nichos de mercado para completar aforos.

¿Qué recomendarías a los alumnos que estudian actualmente en la Escuela y que están deseando tener grandes oportunidades como la tuya?

Recomiendo tener un plan de carrera personal, saber hasta donde quieren llegar, qué necesitan y qué están dispuestos a sacrificar por conseguirlo y que cada decisión que tomen sea por conseguir esa meta.

Finalmente… ¿Qué recuerdas de la Escuela? ¿Qué te ha marcado profesionalmente o qué sientes que te has llevado de ella?

Yo pertenezco a la última generación que dio clases en el edificio de la plaza del Molviedro y recuerdo siempre las aulas llenas de catas de cualquier producto, charlas informativas sobre cocina creativa, clases que eran muy interactivas e interesantes, la importancia que se le daba a las presentaciones de las cadenas hoteleras y que de ahí saqué amigos tanto en lo profesional como en lo personal que aún seguimos en contacto.